Espirales de Carne a La Chinata
Purificación Tafalla Peñalver desde San Vicente del Raspeig (Alicante) nos ha mandado estas magníficas Espirales de Carne a La Chinata. Además, en la misma receta nos cuenta la importancia que tienen las especias en la alimentación.
Ingredientes:
Medio kilo de carne magra de buena calidad
Una lámina de hojaldre
Algunos granos de clavo
Sal
Pimienta y
Pimentón de la Vera “La Chinata”
Elaboración:
La espiral es uno de los símbolos más antiguos que existen. Todas las culturas a lo largo del tiempo, han reflejado creencias e interpretaciones a través de ella, una figura que representa la permanencia, a pesar del cambio.
Así es un poco esta receta, por un lado permanente en lo que es su relleno, una preparación de carne, que se basa en las antiguas recetas caseras para hacer sobrasada y que con el Pimentón La Chinata, adquiere un matiz excelente, intenso y aromático que nos traslada a los sabores de nuestra infancia.
Por otro lado, también es nueva, porque a esa receta antigua, le hemos restado grasa para acomodarla a los nuevos tiempos y le hemos añadido un toque innovador con los contrastes que aportan la miel y un formato crujiente y ágil en forma de espiral.
Actualizada es también, la facilidad de su elaboración, que nos permite tener unas espirales en un brevísimo tiempo y sin apenas dificultad.
En esta ocasión usaremos pimentón dulce, el cual podríamos mezclar con pimentón picante en el caso de que nos gusten las emociones fuertes. Para ambos casos La Chinata tiene un excelente producto con denominación de origen y la marca, aunque sea en especias y condimentos, sí importa.
Al respecto aprovecho para decir, que las especias, caducan, que las especias, no son iguales en todas las marcas, que las especias, son como un perfume, que hay que usar en su justa medida, porque ponen el matiz a una comida y que si son de calidad y las aplicamos con destreza, se convierten en aliadas de nuestras manos en la cocina y que no todo vale.
Me gusta insistir en esto, porque como profesora de cocina que soy, veo en mis clases que los alumnos traen a veces especias caducadas y se sorprenden cuando se les indica que tienen fecha de caducidad y que pierden todos sus aromas y propiedades cuando no están en condiciones. Otras veces, creen que se puede sustituir una especia por otra sin consecuencias, o que se pueden omitir. Las especias, les explico, eran vitales en la antigüedad, porque eran uno de los principales medios de conservación. Entonces todo cocinero sabía perfectamente sus propiedades, sus beneficios y al igual que pasaba con las hierbas en general, eran muchas veces la mejor medicina de la que disponían.
Si analizamos los guisos tradicionales, nos percatamos de que contienen una sabiduría impresionante en la combinación de ingredientes, en la aplicación de las especias como ajustadoras digestivas, así por ejemplo, el uso de carminativos como el comino, el laurel o el mismo pimentón, en platos de legumbres que resultan flatulentos. O estimulantes digestivos como la pimienta y de nuevo el Pimentón, en platos de carne con digestiones más pesadas y así en múltiples ejemplos que nos llevan a reconocer la verdadera alquimia que la cocina tradicional lleva implícita.
Pero sigamos con la receta:
Picamos la carne con unos granos de clavo que previamente habremos machacado en el mortero.
Condimentamos con sal y pimienta y le añadimos dos o tres buenas cucharadas de pimentón de la Vera La Chinata.
Iremos removiendo y comprobando que el preparado queda bien rojo, algo así como una sobrasada.
Pasamos el preparado por una sartén con un par de cucharadas de aceite, muy poco, apenas para marcar la carne y que se suelte.
Rectificaremos de sal y especias si es necesario. Apartamos del fuego y dejamos enfriar.
Luego, extendemos la lámina de hojaldre sobre una superficie enharinada y cortando una tira, la cubriremos con la carne ya hecha.
Tapamos la tira con otra capa de hojaldre y empezamos a enrollar formando un rulo que apretaremos con cuidado.
Cortaremos el rulo en trozos de dos o tres centímetros y con la ayuda de una pala o espumadera, aplastaremos un poco, cada espiral, así tomará más consistencia.
Una vez todas las espirales preparadas, las introducimos en el horno a temperatura media hasta que el hojaldre resulte dorado y crujiente.
Solo nos queda un último toque, añadiéndoles miel todavía en caliente.
Y el resto es disfrutar de este bocado delicioso. Apuesto a que no puedes comer solo una.
Ayer y hoy en una misma receta, que para mí es el reto de la nueva cocina: el perfecto maridaje entre la cocina tradicional, sabia e insuperable y la aportación de los nuevos conocimientos nutricionales, junto a la creatividad que impresione nuestros sentidos y convierta cada plato en un festín de todos ellos.